lunes, 19 de septiembre de 2016

SEXTO ESCALON DEL RETO: MEDIA MARATON DE MURCIA


SEXTO ESCALÓN: MEDIA MARATÓN DE MURCIA
 #MMMurcia


13 de marzo de 2016

¿Quien me iba a decir a mi que podía llegar a este escalón?, el ecuador del reto..

 A pesar de todos los ánimos que estoy recibiendo y de este intenso entrenamiento que voy siguiendo cada día más a "raja-tabla", este reto se está haciendo un poquito cuesta arriba.

Es complicado ser "mama-runner", compaginar el trabajo, la casa, los peques y este piramidal o lo que sea la lesión que esta dando la cara con más guerra a medida que pasan los días; estoy cambiando mi forma de entrenar, las sesiones con el "fisio" empiezan a ser semanales, aunque hay veces que incluso me gustaría que fuesen diarias..., estoy poco a poco también cambiando mi alimentación, aunque no todo lo que a mi me gustaría pues en casa somos "familia numerosa", y en general volviéndome más exigente conmigo misma.

La ilusión por este reto, hace que mis fuerzas sigan intactas, y mis compañeras de running me demuestran una vez más que están aquí, a mi lado y que puedo contar con ellas.



Conchi y Bea deciden acompañarme en esta carrera de 10km paralela a la media maratón y así estar más cerquita este día.

En esta expedición murciana se une también Cristobal (el sensei), que correrá esos 10km junto a su mujer Encarna que hará esa distancia por primera vez, el "Boti" (mi compi talisman del #retoyosipuedo, con el que aprendí que el compañerismo es el motor de este equipo) y muchos más compis del reto que se unen más tarde.

Al llegar a Murcia aparcamos todos juntos y nos fuimos a tomar ese café previo a la carrera, intentando soltar nervios con alguna que otra broma.

Cada uno de nosotros corre a su ritmo, pero yo sabía que tanto los que estaban allí como el resto del equipo estaba apoyándome en cada zancada..., y de todos ellos mi marido siempre a mi lado, tirando de mí física y psicológicamente en todos esos kilómetros.

Una vez que sonó ese pistoletazo de salida, los perdimos de vista, las chicas se pusieron en cabeza, y Pepe y yo mantuvimos un ritmo más conservador pues aún nos quedaba mucho por recorrer.



Durante toda la carrera había pelotones de paracaidistas, hombres y mujeres que corrían a varios ritmos, cantando a pleno pulmón, sosteniendo algunos de ellos las banderas e insignias de los distintos pelotones, íbamos rodeados de ellos, y era imposible adelantarlos a menos que se hiciera un duro "sprint", más bien el pelotón al completo te engullía como una orda de orcos que pisaban a la vez; Era increíble como seguían el ritmo sin perder un ápice de fuerzas.

Atravesar toda la Gran Vía de Murcia con esa banda sonora fue una sensación difícil de transcribir, incluso el paso que llevaban al atravesar los puentes de hierro de la Avenida Infante Juan Manuel hacían que éstos se balancearan dando la impresión de que te estabas mareando.



Al llegar cerca del Kilómetro 18, mis fuerzas volvían a estar al límite y fue entonces donde al mirar a la calle de enfrente, donde se cruzaba el recorrido de la medía, vimos a mi "rubia-loca" totalmente integrada dentro de uno de esos pelotones, con sus auriculares puestos y siguiendo el ritmo que marcaban esos paracaidistas de pantaloncitos verdes.

Grite su nombre a sabiendas que entre mis pocas fuerzas y sus auriculares era imposible que me oyera, me alegre de verla y fue en ese momento después del grito cuando me di cuenta de que Conchi estaba corriendo rodeada de militares en el kilómetro 18 cuando ella debió de terminar su carrera en el kilómetro 10 y solo puede decirle a Pepe:

 "¿Que demonios hace Conchi aquí?".



A pesar de la alegría de ver a Conchi llegar al kilómetro 20 se hizo duro y fue entonces cuando Pepe tiró de mí hasta llevarme a meta.

Entrar en meta fue como quitarme un peso de encima, pensé en mil cosas y me dije a mí misma: "lo has hecho, has vuelto a hacerlo" y me invadió una sensación de felicidad increíble.



Allí en meta nos juntamos de nuevo, riendo a carcajadas al escuchar a Conchi contándonos la historia de como se vio envuelta en medio de ese mar de militares de pantaloncitos verdes, corriendo una media maratón cuando ella solo pretendía correr 10km.

Al quitarme el chip de la zapatilla sentí un pinchazo horrible en la cadera derecha, como cuando le ponen las banderillas a los toros en el ruedo y allí estaba mi Bea dándome ese masaje rápido que hizo milagros.



No recuerdo un viaje de vuelta a casa después de una media maratón con más risas que este, cada vez que recordaba a mi rubia en ese km18 rodeada de paracaidistas y ella nos contaba sus sensaciones, volvíamos a reír una y otra vez...

A veces pienso que esto es parecido a dar a luz, no tiene nada que ver por supuesto, pero me refiero a pasar por un momento duro y que acto seguido te invada una sensación de felicidad.



Soy de las que piensa que la felicidad son trocitos de tiempo especiales y éste fue sin duda uno de ellos.  



Atrás quedan seis meses, seis medias maratones y ahora en este momento es cuando mi fuerza de voluntad crece un poquito más ..

     "La felicidad se puede encontrar, incluso en los tiempos
      más oscuros, sólo si se recuerda encender la luz"
              #ElprisionerodeAzkaban @J.K.Rowling






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