lunes, 19 de septiembre de 2016

NOVENO ESCALÓN: CARRERA DEL LITORAL DE AGUILAS


NOVENO ESCALÓN: CARRERA DEL LITORAL DE AGUILAS

#MMLitoralAguilas2016


5 de junio de 2016



 Este escalón es un punto de inflexión en este reto de doce..; La Carrera del Litoral de Aguilas es una prueba no competitiva de veintitrés kilómetros y medio que transcurre, como su propio nombre dice, por todo el litoral aguileño, atravesando las 36 playas que lo forman, con una bonita mezcla de asfalto, montaña y arena de playa.


No hace mucho leí que nuestra capacidad de conseguir un objetivo, depende en gran medida de nuestra capacidad de perseverar e intentarlo una vez más. Ninguna meta se cumple de forma lineal, por el contrario, nos vemos metidos en interminables dientes de sierra que nos hacen caer de nuevo y que nos obligan a levantarnos o por el contrario nos hacen tirar la toalla. Si quieres ser bueno en algo, debes acostumbrarte a caminar sobre los dientes de sierra, sube, baja, sube, baja, hasta haber conseguido tu objetivo.-


Una de las cosas bonitas que el deporte nos enseña es la capacidad de resistir, de perseverar ante las dificultades, tirar la toalla es el lado facil, pero nuestra capacidad de resistir nos habla de sueños que no son fáciles de conseguir, de metas ambiciosas, de anhelos prácticamente imposibles que sin constancia y fuerza interior no podremos conseguir.


El proceso que seguimos hasta que tiramos la toalla es bastante sencillo, todo comienza con una sensación, le siguen unos cuantos pensamientos, sensaciones más grandes, más pensamientos y finalmente nos damos la razón de que lo mejor que podemos hacer es tirar la toalla.  
 

No depende de nosotros el decidir cómo de difíciles serán las metas que enfrentaremos en la vida, a veces las cosas se complican mucho más de lo que tú quieres, y es entonces cuando la vida te pone a prueba, cuando te hecha un pulso. ¿vas a tirar la toalla? vamos, aguanta, ¡tú puedes!


 Supongo que todas estas cosas fueron pasando por mi cabeza.
Cada día lo recitaba como un mantra, tenia conmigo misma un dialogo interior que no dejaba de repetirme: "yo puedo", "puedo conseguirlo", "voy a aguantar un poquito más, a ver que pasa"..como un pequeño reto dentro del gran reto.           


Y esto fue lo que me pasó en esta carrera, muy a pesar de las indicaciones del fisio, decidí intentarlo una vez más, aunque esta vez dándole un respiro a mi pierna derecha y a mi cabeza, eligiendo una prueba no competitiva, que a pesar de ser dura por el recorrido me daba la oportunidad de hacerla en un corre-anda.

En esta carrera el club de Atletismo de Aguilas (los organizadores), se encargaban de recoger a los corredores a las 7,30 de la mañana en un autobús en la Playa de la Carolina (meta) y nos llevaba hasta la Playa de la Galera (salida), pero nosotros no esperamos a ese autobús y mi tía nos llevo a Jose, Pepe y a mí, hasta esa Playa de la Galera.

 Jose nos había llamado días antes porque quería hacer esta carrera con nosotros, acompañándonos en este escalón especial...
Al bajar del coche bajamos caminando hasta la orilla del mar, conectamos nuestros gps y comenzamos la marcha.., esta vez no había nervios, no había dorsal, no había arco de salida, ni pistoletazo, ni multitud de camisetas multicolores...
Allí estábamos los tres, con nuestra camiseta del #retoyosipuedo, rodeados de miles de ilusiones, de esperanzas, caminando bajo ese cielo nuboso y sobre aquella mezcla de arena de playa, piedras y tierra, hablando sin parar de mil cosas..., del reto, de este proyecto con los chicos de DownLorca, de los hijos, del trabajo, de la forma de sentir la vida, de las ilusiones y desilusiones, de la lesión, de los amigos, de aquellos que te acompañan y sacan lo mejor de ti..., mil cosas..y todo ello pasando de una playa a otra, hasta llegar a la Playa del  Sombrerico..
Una vez atravesamos la playa, subimos hacía la carretera y allí comenzamos a correr.., el truco para vencer este "dolorcillo" era llevar un ritmo constante, y así avanzamos atravesando Cabo-Cope y Calabardina, en dirección al Centro Comercial del Hornillo, recuerdo como Jose me animaba a la altura de la Playa de la Cola, diciéndome que iba fuerte a pesar de estar lesionada..


Llegamos al Pabellón del Auditorio de Aguilas, situado en la Playa de las Delicias, donde hicimos una parada en boxes, pues en este punto se nos unían corriendo Conchi, Bea, Cati, y Ana María, y otro grupo de chicas del gym "SpaceFitness" guiadas por Isa Chuecos lo harían andando, entre ellas Blasi, cuyas palabras de animo y apoyo me dieron otro empujón más para seguir adelante..




El grupo de carrera ya estaba avanzando rápidamente y nos pisaba los talones, así que decidimos salir y que nos alcanzaran por el camino.., reiniciamos la carrera desde esa Playa de las Delicias, pasando por todo ese Paseo Marítimo de Aguilas en grupo, con Bea y Conchi a la cabeza marcando el ritmo, el cual era mucho más alegre que en el tramo anterior, pero fue perfecto pues pude demostrarme a mí misma que podía con él..

Las nubes que nos dieron la bienvenida a las 7,30 de la mañana ya habían desaparecido y el sol estaba picando bastante.., fue duro correr por ese paseo viendo a tanta gente en la playa disfrutando del mar..
Le había prometido al fisio que no haría muchas locuras en esta carrera, partiendo de la base que para él ya lo era, el sólo hecho de hacerla...así que ya que el carácter de la carrera no era competitivo, modificamos un poquito el recorrido a fin de evitar más arena de playa y rocas, haciéndolo por asfalto o el carril bici que cogimos en dirección a Calarreona. donde nos esperaba la familia de Jose, dándonos gritos y animándonos al pasar como si fuésemos verdaderos atletas en una competición, como si fuésemos algo importante ... (y lo éramos, al menos para ellos, pues no todos los días se ve a una padre haciendo un gran esfuerzo físico participando en un gran proyecto solidario), fue una sensación muy bonita, de esas que es difícil olvidar..

Seguimos corriendo a buen ritmo a pesar del calor, supongo que nos vinimos arriba después de todos aquellos aplausos, bordeamos el albergue de Calerreona, subiendo por esa montaña que nos llevaba hasta la penúltima playa, la de La Higuerica; subimos y bajamos por esas rocas hasta que nos paramos en un acantilado, la carrera estaba a punto de terminar, estábamos al final de esos 23,5 kilómetros, y allí en esa parada aprovechamos la ocasión para hacernos fotos, respirar, sentir esa brisa del mar, reir ..

Estaba feliz, porque no había abandonado, no había tirado la toalla, a pesar de este corre-anda el reto seguía adelante, porque estaba rodeada de gente que me quería, de gente que estaba empujándome, llenándome de fuerzas ...

La cabeza de carrera nos pilló a un ritmo tremendo, Cristóbal y otro chico prácticamente volaban sobre esas rocas, y justo detrás de ellos todo un pelotón los seguía picándose entre ellos; entramos siguiéndolos por el sendero que llegaba a la Playa de la Carolina, donde nos esperaba la meta y un surtido de fruta, bebida y un montón de "salchichas de pellizco" regalo de la carnicería de Jose, mi escolta de lujo en esta ocasión.

Cruzamos otra meta, entre risas, abrazos, fotos..., y como había prometido nos metimos al agua, esa fue la medalla, ese baño en el mar, esas risas, esa ilusión, esa esperanza...;
allí dentro del mar, mirando hacia la meta donde iba llegando el resto de corredores, lo sentí..., sentí esa energía desbordante, ese compromiso conmigo misma y con el proyecto, convencida de que valía la pena seguir luchando,... sentí como esa ilusión crecía en mí llenando mis depósitos de gasolina...sentí las fuerzas de todos los que estaban a mi lado, sentí una vez más ese trocito de felicidad...



 "La vida es como una caja de bombones, nunca sabes lo que te va a tocar.." #ForrestGump  
"Son tus decisiones, no tus condiciones, las que determinan tu destino.."
#Despertando al gigante interior @AnthonyRobbinsCabecera

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